jueves, 13 de enero de 2011

Barranco






Hace algún tiempo, en realidad hace varios meses, el Gran Rocotín, un patita de mi promoción del colegio, me pidió que escribiera algo sobre Barranco.

Hablar o escribir de Barranco, más bien, pensar en Barranco, me traslada hacía muchos años atrás. Barranco es un distrito limeño que tiene apenas un promedio (tal vez un poco más) de dos kilómetros cuadrados y que tiene el privilegio de limitar y contar con el mar y algunas playas.

Uno de mis primeros recuerdos con Barranco está relacionado con mi padre, a finales de los setentas, cuando lo acompañaba o lo esperaba a su consultorio que funcionaba en la avenida Grau, muy cerca a la plaza principal; claro que también recuerdo los dulces y helados que me comía mientras lo esperaba y mis pequeños paseos en solitario por esos lares. También están en mis recuerdos mis idas a las playas, Barranquito es una de las playas que recuerdo, ya que también me iba a otras que quedaban muy cerca.

Ya en los ochentas, quien no se ha dado una vuelta, o como se dice por acá, no ha caído o sigue cayendo, por la famosa Sanguchería Mostro, unos sanguches de pavo o lechón y con mucha mayonesa y ají, con su chicha morada, recontra buenos.

Hablar del Juanito es otra cosa, cuantas horas habré pasado por ahí acompañado de unas cervezas, unos chilcanos de pisco o unos rones, con sus panes de jamón o sardina; este es un lugar clásico de la bohemia limeña y barranquina que hasta ahora se mantiene como un lugar muy querido y visitado.

Hubo una época en que Barranco fue uno de mis destinos preferidos cuando quería pasear solo y leer un poco, me daba mis vueltas por la playa subiendo por el Puente de los Suspiros. También tuve la oportunidad de asistir a algunos conciertos de grupos peruanos.

Aunque creo que mucha gente conoce Barranco, pero igual les recomiendo que se den una vuelta por ahí, cuando se los recomendé a algunos amigos extranjeros les gustó mucho, así que a darse una vuelta y disfrutar de lo que te ofrece Barranco, hay para todos los gustos y la arquitectura de sus casas, el mar, la comida, un buen trago, un dulce, etc, son motivos más que suficientes para visitar Barranco.

Siempre que puedo me doy una vuelta por Barranco. Ahí les dejo algunas fotos que tome en mi último paseo por ahí.

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