miércoles, 26 de enero de 2011

Chosica






Hablar de Chosica es recordar cuando estaba en el colegio, en la primaria y en la secundaria. Siempre nos íbamos de paseo al club de la PIP (Policía de Investigaciones del Perú), al Bosque, y creo que también a la Portada del Sol; los paseos siempre se desarrollaban en el mes de junio, aniversario del colegio, o en septiembre, por el día de la juventud, el 23 de septiembre. Grandes recuerdos, con los amigos y amigas del colegio, escuchando a ACDC, Led Zepellin, Rush, Queen, etc. y claro, tomando nuestros primero tragos de alcohol al terminar la secundaria. El clima de Chosica siempre ha sido muy bueno.

Recuerdo que un día, antes de subir a los buses que nos tenían que trasladar a Chosica, nos formaron en el patio del colegio y se dedicaron a revisar nuestras mochilas, y como era de esperarse, nos encontraron y nos confiscaron el trago que íbamos a llevar, pero ya en Chosica y en el club, nos agenciamos para poder comprar algo de trago. Aquellos tiempos y grandes recuerdos.

Pero también recuerdo, cuando vivía en Chaclacayo, nuestras idas al cine, en el cine de barrio de Chosica tuve la oportunidad de ver a Harrison Ford e Indiana Jhones, una gran película. El mercado también fue un destino frecuente, se iba por la mañana para hacer las compras de toda la semana.

Algunas veces íbamos los domingos al parque central a ver la feria dominical que se organizaba, jugábamos fulbito de mano y comíamos algo de lo que se vendía; algunas veces nos tomábamos algún traguito, pero eso se hacía de vez en cuando, ya que nos encontrábamos un poco alejados de nuestras casas y teníamos que cuidarnos. Algo más, en Chosica es encontraba y aún se encuentra el paradero de los carros que van para San Pedro de Casta rumbo al mítico Marcahuasi.

Luego de unos años, ya cuando volví a vivir en Lima, pasaba muy seguido por Chosica, ya sea de noche o de día, rumbo para Huancayo, Tarma, Satipo y Huancavelica.

Hace unos días, y gracias a un amigo mío, nos fuimos para Chosica, ha cambiado un poco y para bien, está más limpio y ordenado, hay sitios para descansar y pasear. Se puede ver la estación del tren, el puente colgante, algunos monumentos, hay casonas que están bien cuidadas; claro que ya no vemos el micro plomo que iba desde Lima hasta Ricardo Palma, pero ahora hay más transporte.

No estaría nada mal darse una vuelta por ahí.

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