martes, 6 de abril de 2010

¿Una Semana no Muy Santa?





Siempre hay y habrá mucho para hablar de la Semana Santa, siempre son fechas muy esperadas, ya que es un fin de semana largo, muchos dejan de ir al colegio y otros dejamos de trabajar. La pregunta clásica es que harás o que hicistes en Semana Santa, hay muchas respuestas: nos fuimos de campamento, tranqui en casa durmiendo y viendo televisión, nos fuimos a la playa, nos fuimos a Ayacucho, o a Cajamarca, etc. Claro que hay muchos y muchas que lo dedican al reflexión y a recordar y celebrar la muertes de Jesús.

Yo por suerte he tenido la oportunidad de hacer varias de las cosas que he mencionado líneas arriba. Me fui de campamento a León Dormido cuando casi era un adolescente, nos prestaron una carpa que terminó rota por la mordedura de un ratón o una rata. Cuando vivía solo en Abancay la pase resaqueado, entre dolores de cabeza y viendo películas sobre Jesús. Con mi pata Jhonny nos fuimos a Tarma, ahí no encontramos hospedaje y tuvimos que pasarla lateando por la plaza, y al sentarnos a tomar nuestro calientito una manchita nos armó la bronca y mi pata terminó con la frente rota, así que tuvimos que regresar al toque para Huancayo y de ahí luego a Lima, y a tomar unos tragos con los patas del El Cuadro. Una vez nos fuimos a Asia a pasarla en familia, fue cuando no había absolutamente nada de lo que hay ahora. Un viaje para Ayacucho, con mirada de las procesiones, todo caro, restaurantes llenos, mucha gente borracha. Podría seguir, pero esa no es la idea, solo quiero contarles lo que hice esta Semana Santa que pasó.

Esto empezó el miércoles, luego de un día de harta chamba me fui al barrio (es en donde estudié y todavía viven mis patas de muchos años) a tomar unos tragos con los patas; ya el jueves nos fuimos por la mañana a Pucusana (distrito limeño que es un puerto de pescadores), tuvimos la oportunidad de pasear en bote por el mar, pasar un rato en la playa de Naplo, comernos un buen ceviche con su chela y su arroz con mariscos, sentarnos a admirar el Boquerón del Diablo y terminar el día comiendo una salchipapa especial en el puerto. El viernes luego de un desayuno con tamal y chicharrón nos regresamos a Lima para el almuerzo familiar, unas chelas bien heladas, un rico chupe de atún, unos garbanzos con atún, y el buen rato con la familia. El sábado más tranquilo, para descansar y ver algo de futbol. Y el domingo un pequeño paseo con mi hijo al Parque de las Leyendas, luego un apanado con papas y arroz, arreglo de mi ropa y se pasó el día.

Como ven fue una Semana Santa tranquila, la pasé bien, y ahora a trabajar, esta semana se viene muy fuerte. Siempre hay cosas para hacer, dependiendo de nuestro dinero, hay tantos sitios a donde ir, la cosas es moverse un poco, siempre hay habrá tiempo para descansar. Ahí les dejo algunas fotos.

2 comentarios:

Javier Lishner dijo...

Buena nota, Jorge. Todo estaba bien hasta que te metiste con la comida. Y a pesar de la hora avanzada, cómo me gustaría comerme un pancito con chicharrón mañana al despertarme. Con su cafecito... Y los paseos a Tarma y Huancayo. Qué buena voz.

Lo que si me llamó la atención fue esa jirafa del Parque de Las Leyendas, como que ya está bien tía, no? O es la foto? jaja.

Un abrazo,

JL

Jorge S dijo...

Hola Javier: Siempre un viaje por el Perú estará acompañado de una buena comida, unos tragos, la gente del lugar, y los paisajes... Y tu sabes que todos tenemos nuestras historias de Semana Santa,, lo que que pasa es aconsejable contarlas, jajajaja... stoy con ganas de darme una vuelta por Huacho, y de todasa manera el desayuno será con la salchicha huachana y su relleno.

La próxima semana estaré por Cusco y Abancay (cumple de mi hija)y haré una nota de mi viaje con la comida incluida,, jajaja, así que provecho,,,,

Un Abrazo