viernes, 13 de marzo de 2009

Madrid…. Yo me bajo en Atocha





Cuatro de la mañana, camino por la playa, estoy en Cambrils, el bus ya llega y me llevará al Camp de Tarragona, hay muy pocas personas, compro un diario deportivo y le pregunto al vendedor cuál es mejor, el me dice depende, depende de qué le respondo, y me dice de que si es del Barca o del Real Madrid, le digo del Barca, un bocadillo para el camino, ya la estación se empieza a llenar, una pequeña espera y a subir al famoso tren ave, ubico el vagón y mi asiento, ya nos vamos.

Está amaneciendo, dentro de dos horas estaré en Madrid, sigo con el diario deportivo (algunos líos de Ronaldinho y se viene el clásico entre el Real Madrid y el Barca), dormito un poco, la música que sale por los audífonos del tren no está buena, aprecio el paisaje, algunas casas en el camino, mucho campo, mucho verde, algunos molinos, super relajante el viaje, algunas paradas, nos anuncian que ya estamos llegando a Madrid, a la famosa estación de Atocha, aquella que sufriera un terrible atentado, y que me recuerda la canción de Sabina: Yo me bajo en Atocha, Yo me quedo en Madrid.

Un mar de gente, muchas llegadas, muchas salidas, la voz de altoparlante no deja de hablar, un estilo más clásico, se siente la nostalgia y un sentimiento raro, hay cosas que no tienen explicación, así es la vida. Me convierto y soy parte de ese mar humano que deja la estación y sale para la calle, una cola larga de gente que espera su turno para subirse a un taxi, yo sigo caminado y me encuentro con la calle, recuerdo el centro de Lima y pienso por que Lima no es así, con muchos autos pero sin ruido, esperemos que Lima cambie un día y que podamos ver ese cambio. Avanzo una cuadra para apreciar mejor la estación y ver las calles, llego a una avenida grande, la cruzo, le pregunto a una señora por la mejor forma de llegar al sitio en donde tengo la reserva de mi hotel, me dice que debo tomar dos buses, o un bus y el metro, y ahora?, así que avanzando unos metros encuentro una estación de taxis, subo a uno y me voy para el hotel, el taxista muy amable, conversamos un poco, el tráfico es terrible, me comenta que hay becas de estudios para estudiantes que no tienen dinero, luego de treinta minutos llegamos al hotel.

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