miércoles, 25 de marzo de 2009

Mi último día en Madrid






El celular ya sonó, no es una llamada, en mi alarma, toda una joda para hacer los cálculos para programar la alarma con la diferencia horaria con el Perú, mi teléfono me indicaba la hora del Perú, pero en Madrid son siete y treinta y hay poco tiempo para el desayuno y dirigirme a una reunión de trabajo.

En la recepción me indican como llegar al otro lado de Madrid, así que encuentro un sitio muy cerca donde tomar desayuno, en una barra me tomo un jugo de naranja y dos bocadillos con un café, llamo para ver lo de mi reunión y me dicen que será como a las diez, así que tengo mas tiempo y desayuno con calma.

Arreglo mis cosas y las dejo en la recepción ya que no sé a qué hora volveré y mi tren sale para Cambrils a las siete, solo camino una cuadra y me meto a la entrada del metro, mientras el tren avanza me acuerdo de Sabina cuando Sabina canta: Tirso de Molina, Gran Vía, Tribunal….., que son las paradas de los trenes por las que estoy pasando. La zona se parece mucho al centro de Lima, el lugar de mi reunión queda en una calle pequeña, en realidad es una breve conversación para un intercambio de experiencias sobre las labores que hacemos en el Perú y las posibles coordinaciones con las ONGs de España, buen trato y grandes proyecciones.

Ya estoy por regresar al centro de Madrid, son como las 11 y se me antoja caminar un poco más, siempre chequeando en donde se encuentra la entrad del metro para no perderme, hay muchos negocios y un gran mercado, así que a conocerlo, es muy amplio y muy limpio, hay muchos embutidos, se puede almorzar pero es muy temprano, o tomar una caña (cerveza), comprar carne, verduras y frutas, algunos juguetes, me compré un libro a buen precio que hace una investigación sobre las y los integrantes de ETA a través de diversas entrevistas que les hacen, siempre se recomienda darse una vuelta por los mercados, una gran experiencia.

Ya estoy por el centro de Madrid, lugar que se volvió mi centro de operaciones, estoy muy contento ya que entiendo como funciona el sistema del metro, hay un poco de hambre y estoy un poco cansado, qué comer, siempre es una joda cuando estás fuera de Lima y sobretodo sólo, hay varias opciones, nada de comida rápida, hoy toca comer como un común y silvestre, un buen menú que son unas papas fritas, unas albóndigas y una cerveza y un café. Qué hacer, caminar un poco, el clima está fresco, todavía no se va el sol, ya debe cambiar el clima, estoy muy distraído y llego a una gran avenida y al frente hay una gran construcción, que será, cruzo y me encuentro con el Gran Museo Del Prado, sí el famoso museo, que alegría ya que tengo algunas horas antes de que salga mi tren.

Mucha gente para entrar, pero se avanza rápido, hay salones destinados a la escultura, varios salones, salas destinadas a Goya, otra a Velásquez, y a varios pintores holandeses y franceses. Mucho arte, es alucinante, si uno está por Madrid debería aprovechar y destinar al menos una mañana para pasear por el museo, si vuelvo trataré de estar más tiempo en el museo. Ahora si estoy cansado y me quedan como dos horas para mi viaje, así que recojo mis cosas del hotel, tomo un tren y ya estoy en la Estación de Atocha, ubico mi sala de embarque, me tomo una cerveza muy helada y leo algo, me alegro mucho por esta pequeña estadía en Madrid, y pensar que aprovechando que tenía que viajar a Ginebra pedí mi viaje de regreso vía Barcelona, y pedí tener esa reunión de trabajo para que me den la visa, y ahora estoy por acá, Madrid es una ciudad que hay que conocerla, ya descansaré en el tren rumbo a Cambrils.

2 comentarios:

No Tengo Nombre dijo...

LOS MERCADOS ES UNA DE LAS MEJORES EXPERIENCIAS DE VIAJAR, AHI SE VE REALMENTE A LA CIUDAD.
INTERESANTE RELATO
Y QUE PASO CON LO DEL ETA? COMPRASTE EL LIBRO?
QUE VISTE DE FUERA DE LO COMUN?

Jorge S dijo...

si compré el libro lo dejé a la mitad, ya lo terminaré y lo comento, todo esto srá una gran crónica, Claro los mercados, pero en este te comprabas jamón, libros, te tomamas unas chelas, comprabas carnes...espra la historia completa
Un Abrazo