Y los aeropuertos

Hace unos día leí una nota que escribió El Canalla en su blog sobre los aeropuertos y me acordé de las tantas veces que yo los he pisado, para los que los usan periódicamente sabrán que tienen vida propia, que son un “pequeño” mundo, que tiene sus propios códigos, sus propios personajes, y sobretodo sus propias jodas (como ingresar a las salas de embarques).

He tenido la suerte de utilizar todos los aeropuertos del Perú, ya que por dos años por motivos de trabajo tuve que pasar por ellos, desde el más pequeño, los regulares y los grandes como el Jorge Chávez en Lima y el Velasco Astete en Cusco. También estuve en el de San Salvador, un aeropuerto pequeño, me acuerdo que cuando entraba a la sala de embarque para una espera como de tres horas para irme a Managua (Nicaragua) se me acercaron dos patitas con unos perrazos y me preguntaron de donde venía, me pidieron mi pasaporte y me pidieron que les diga que traía en mi equipaje que por esos momentos estaba en la bodega del avión o estaban esperando para ser cambiados al avión que me llevaría a Managua.

El aeropuerto de Costa Rica es grande, como el de Panamá, el de Managua es pequeño, el de San Pablo es grande. Pero si se trata de aeropuertos grandes, grandes de verdad, está el de Ámsterdam, en donde me pasé caminando como unos cuarenta minutos desde que salí de la puerta de embarque para poder llegar a la sala para mi vuelo de conexión a Ginebra un aeropuerto mediano como el de Lima. El de Barcelona también es grande, ya que también tuve que caminar como treinta minutos desde el control hasta mi puerta de embarque.

Uno también pasa algunos momentos de tensión cuando te comunican que tu vuelo está retrazado, o lo suspenden, o como me pasó en Panamá que estando en Managua mi vuelo sufrió dos horas de retrazo, así que llegamos a Panamá por las justas para “correr” hasta la otra sala de embarque y llegar por las justas al avión para Lima y que la aeromoza nos dijo que nos estaba esperando, obviamente no esperaron a nuestro equipaje, así que llegamos a Lima sin equipaje y se tuvo que volver al día siguiente para recogerlo. O cuando regresando de Barcelona para Ámsterdam y Lima, llevaba caminado como media hora y no llegaba a la sala de embarque, pero de pronto me encontré con una mancha de 300 personas (parecia un mercado) para el control de salida, realmente estaba desesperado ya que estaba con el tiempo justo, así unos veinte minutos mas para el control y caminar unos diez minutos mas y recién llegar a la sala de embarque y encontrarse con una colaza que era la de mi vuelo el cual estaban ya embarcando.

Hoy viajé después de un tiempo (este año solo he viajado por avión una sola vez para Panamá) para Cusco, después de pasar los engorrosos controles (hoy más por que en el Perú se está realizando la APEC y venían algunos presidentes), me senté en la sala de embarque que está cerca de las tiendas ya que como había llegado temprano aún no se sabía cual era la que utilizaría, me tomé un café, terminé de preparar una presentación en mi computadora ya que el motivo de mi viaje era por chamba, y me puse observar, mucha gente, algunos y algunos con sus computadoras, también leían, escuchaban música, dormían, conversaban, daban vueltas, o simplemente no hacían nada o pensaban. Todo tipo de gente, de edades, me encontré con un amigo que se iba al Cuso con su familia a pasear (que envidia), hasta que al fin vi en la pantalla que nuestra sala era la quince, lo malo es que el vuelo estaba demorado por una hora, ya no saldría a las doce sino a la una, como es costumbre eso aparece en la pantalla y cuando preguntas el motivo nunca te dicen nada y cuando subes al avión ni siquiera se disculpan “por haber dispuesto una hora de tu tiempo”. Como lo dije al inicio los aeropuertos son otro mundo, ¿cuántas cosas suceden allí?