Todos y todas son iguales bajo el sol

Todos son iguales bajo el sol es parte de una canción de los peruanos NSQNSC, y nada tan cierto, ya que los que vivimos en Lima y en el Perú tenemos la gran suerte de contar con muchos kilómetros de playas naturales (aunque algunas ya están sintiendo la mano depredadora del hombre), desde Tacna hasta Arequipa.

Es cierto que en los últimos años algunos kilómetros de playas han sido privatizadas (el caso de Asia), pero todavía hay espacio, si bien existen las casas de playas, las mismas playas son de todos, aunque a veces se pasen de vivos y pongan sus sogas en la arena o sus carpas para que nadie se pueda sentar en la arena.

Existen muchas formas de llegar a las playas, en sus propios autos o en micro, y para todos los bolsillos, ya que si vamos a los pueblos, aquellos que tienen un mercado, muelle, en donde viven todo el año, la cosa es más barata: ya el los balnearios la cosa es más difícil ya que existen condominios que restringen el paso y el acceso al mar (salvo que llegues nadando sus playas).

A mi gusta levantarme e ir al mercado a comprar mis tamalitos y mi pan de yema, si estoy en una casa tomo mi desayuno en la casa, sino en el mercado y/o panadería con mi jugo de naranja o jugo surtido, chequeando mi periódico; luego ir a la playa a terminar de leer el periódico, tomarme unas chelitas, solearme un poco, una zambullida en el mar, luego almorzar un ceviche o unos choritos, una jalea o arroz con mariscos, su leer un libro y su respectiva siesta , y por la tarde/noche darse un paseo por el malecón y por que no tomarse un roncito bien helado para luego descansar. La playa es lo máximo y nada mejor que después de una semana de chamba.

La playa es alucinante en el verano pero también en el invierno